La primera foto, tomada de la red, y tapa del libro oficial de Sewell, fue la que me ingresó de lleno en la vida de esta ciudad de montaña, hoy Patrimonio de la Humanidad, hoy deshabitada, hoy en proceso de reciclado a valores de la original, ciudad sin calles, ciudad de historias trágicas, de epopeyas sobrehumanas, de larguísimos tedios, de fiestas nacionales celebradas en una escalera, de estricta disciplina norteamericana de principios de siglo, de ley seca y contrabando.
La última también extraida de internet, nos la muestra vestida de blanco, no hay que olvidarse que estamos en plenas estribaciones cordilleranas a más de 2300m de altura, las intermedias, propias, muestran al viejo puente del ferrocarril, inexistente en la actualidad, pero antesala de una experiencia muy profunda generada por el caminar esas escaleras enmudecidas pero cargadas de voces e historias que irán saliendo a la superficie a medida que uno las transite.
La última también extraida de internet, nos la muestra vestida de blanco, no hay que olvidarse que estamos en plenas estribaciones cordilleranas a más de 2300m de altura, las intermedias, propias, muestran al viejo puente del ferrocarril, inexistente en la actualidad, pero antesala de una experiencia muy profunda generada por el caminar esas escaleras enmudecidas pero cargadas de voces e historias que irán saliendo a la superficie a medida que uno las transite.
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