El embalse de la presa, y el volcán Diamante, que un rato antes nos cobijó en su cumbre abren la serie, la cierran el río Diamante y sus tortuoso y endiablado cauce propicio para un rafting extremo y el camino de vuelta a San Rafael, entre amarillos y lomadas. Fue un muy buen día de aventura que emprezó temprano con la Sierra Pintada, siguió con el ascenso a la montaña en solitario y terminó con el dique y la vuelta a casa (San Rafael), a la espera del último día de vacaciones, que si todo sale como uno lo pensó tendría que depositarme a las puertas del abandonado Hotel de las Termas de El Sosneado.
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